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La Casa de las Américas desde su fundación, estableció vínculos significativos con un gran número de los más importantes artistas contemporáneos que, a escala internacional, fueron marcando pautas en el desarrollo de las artes visuales de la región. De esta manera las galerías de la Casa han recibido muestras transitorias que han incluido diferentes géneros, expresiones y técnicas de varias generaciones de artistas de América Latina y el Caribe fundamentalmente. Muchas de esas obras, expuestas inicialmente en nuestras salas, premiadas en los concursos que lanza la institución o donadas por sus autores, han pasado a formar parte de la Colección Arte de Nuestra América que hoy alberga la Casa de las Américas, y que constituyen un patrimonio artístico excepcional.

La colección de la Casa reúne artesanías mexicanas o conjuntos de piezas como las entregadas por Alicia Bustamante, investigadora que, desde la tercera década del siglo XX, examinó junto a José María Arguedas el arte popular peruano. Esto se complementa también con la donación que el explorador Edgardo González Niño realizara a la Casa de las Américas, y que reúne obras colectadas en el territorio amazónico de Venezuela.

Importantes nombres y estilos de la plástica latinoamericana y caribeña integran la colección de la Casa. Momentos puntuales en las artes visuales de la región como la nueva figuración, el realismo mágico, los registros históricos críticos, el arte geométrico y cinético, el humor, la sátira y el conceptualismo apoyado en la palabra y la imagen, son solo algunos de los géneros presentes en ese patrimonio. También hay que resaltar la variedad de la obra gráfica y fotográfica, ambas con un papel tan protagónico en las décadas del sesenta y setenta en el continente y el Caribe.

Emilio Pettoruti, Roberto Matta, David Alfaro Siqueiros, Antonio Berni, Amelia Peláez, Tomie Ohtake, Julio Le Parc, Carlos Cruz Diez, Antonio Seguí, Rafael Coronel, Carlos Colombino, Fernando Szyszlo, Edgar Negret, Luis Camnitzer, Alejandro Obregón, Antonio Frasconi, Herve Telemaque, Antonia Eiriz, Raúl Martínez, Wifredo Lam, y Francisco Toledo, son solo algunos de los nombres que alberga la Colección Arte de Nuestra América. Cada uno de ellos ha aportado, en diferentes circunstancias y a través de sus obras, reflexiones en defensa de las diferencias, la diversidad y logros del arte de América Latina y el Caribe.

Con el objetivo de dar a conocer ese patrimonio de la Casa de las Américas, este espacio de ArteAmérica.cu se une a la labor de promoción y divulgación que realizan las Galerías Mariano y Haydee Santamaría de nuestra institución. Cada mes haremos un alto en algunas de los autores que forman parte de la Colección y de este modo podrá acercarse y adentrarse a la Casa de las Américas desde obras maestras del arte latinoamericano y caribeño.

Para mayor información sobre la colección Arte de Nuestra América puede comunicarse con la Dirección de Patrimonio a través de su correo electrónico patrimonio@casa.cult.cu

Roberto Mata (1911 - 2002)

Roberto Matta ha pasado a la historia del arte de América Latina como uno de los más importantes creadores visuales del continente. Nacido en Chile en 1911, este artista fue uno de los principales transformadores del movimiento surrealista del continente desde la primera mitad del siglo XX.

Comenzó sus estudios artísticos en los Talleres Libres de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. En la década del treinta viaja a Europa y luego de pasar temporadas en varios países permanece en París, donde trabaja con el arquitecto Le Corbusier y se relacionó con el mundo intelectual europeo de la época.

Ya en el año 1936 se marcha a Londres y allí trabaja con personalidades como Walter Gropius y Moholy-Nagy y mantuvo contactos con artistas británicos como Henry Moore. En una breve estancia en Portugal (país al que llegó por invitación de Gabriela Mistral) Matta despierta su interés por la obra literaria de José Martí así como también por los postulados del mexicano José Vasconcelos en torno a la creación de brigadas culturales.

Ya en el año 1937 Roberto Matta conoce a Salvador Dalí, quien a su vez le presenta a André Bretón; este último al ver los dibujos del artista chileno, lo invita a formar parte del grupo surrealista.

A partir de ese momento Matta comenzó a participar en importantes exposiciones y a realizar sus primeros óleos bajo la tónica del surrealismo, que más tarde denominó "Inscape". Conoce importantes artistas y escritores como Duchamp, Yves Tanguy o Pablo Neruda y hacia la década del cuarenta se radica en Nueva York e ingresa en los circuitos artísticos y culturales de la ciudad. Su primera exposición personal la realiza en la Julien Levy Gallery de Nueva York en 1940 y en 1942 en la Galería Pierre Matisse de la misma ciudad, además de colaborar en diversas publicaciones del grupo surrealista.

Después de pasar más de una década fuera de su país, regresa para exponer en la galería Dédalo de Santiago en 1948. En el mismo año, luego de ser expulsado del grupo surrealista de la Escuela de Nueva York y de la Galería Pierre Matisse, se establece en Roma, donde permaneció hasta 1954 exponiendo en diversas galerías de ciudades italianas.

A fines de la década de los cincuenta Matta ya era un artista consagrado que había realizado importantes exhibiciones en Londres, Nueva York, Chicago, Roma, Venecia, Washington o París. En 1957 se presentaron exposiciones de su trayectoria siendo una de las más importantes la del Museo de Arte Moderno de Nueva York. En los años siguientes, se presentaron numerosas muestras de la obra del artista en importantes ciudades de Europa, Estados Unidos y Cuba.

En 1971 viajó a Chile, realizó un mural para la Universidad Técnica del Estado en Santiago y participó en actividades colectivas de la Brigada Ramona Parra. Ese mismo año fue considerado como uno de los diez mejores pintores de todo el mundo, según una encuesta realizada a 104 personalidades artísticas internacionales, publicada en la revista francesa Connaissance des Arts.

En las décadas siguientes se han realizado muchísimas exposiciones de la obra de Matta en diversas partes del mundo. En 1985 se organizó una gran retrospectiva de su obra en el Centro Georges Pompidou de París, en 1987 expuso en Chile en la Galería de Arte El Caballo Verde en Concepción y en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago, con motivo de la IV Bienal de Arquitectura.

Muere en París el 23 de noviembre de 2002 luego de dejar un importante legado artístico para la plástica universal.


 

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