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Cuando nació,
la madre apretó a su hija recién nacida y comenzó
a lamerla por todas partes. La niña gemiqueó un poco
pero al irse moviendo la lengua de la madre con mayor rapidez y fuerza
por su cuerpo, fue haciendo silencio. La madre la volvía a
un lado y a otro con la lengua hasta que le hubo quitado toda la sustancia
blanca cremosa que cubría su cuerpo.
La madre puso entonces sus dedos en la boca
de su hija y fue abriéndola con suavidad; tocó con su
lengua la lengua de la niña y, manteniendo abierta la diminuta
boca, le sopló dentro con fuerza. Así sopló las
palabras, las palabras de su madre, las de la madre de su madre y
las de todas las madres antes que ella en la boca de su hija.
[1]
Este episodio mítico o “génesis alter/nativa”
[2]
de la diáspora africana en el Caribe, narrado por
la poeta y novelista de Trinidad y Tobago, Marlene Nourbese Philip,
cuando aborda el discurso sobre la lógica de la lengua en su
libro She
tries her tongue; her silence softly breaks, nos conduce a reflexionar
sobre una de las más traumáticas experiencias de nuestro
proceso histórico-genético: la forzosa inserción-adaptación
del esclavo africano en el continente americano. Su desterritorialización
y el drama existencial por la violación de su microcosmos;
la imposición de otra cultura y la castración de su
lengua; y las estrategias desgarradoras por salvar desde la resistencia
zonas de su memoria , de su identidad, de su ser
. Concebir este
espacio de nuestra historia como discurso narrativo, hilvanar fragmentos
en su relectura, desmontarlo en una acción descolonizadora,
ha sido la ruta y la orientación constante de muchos creadores
de nuestros pueblos. La artista cubana María Magdalena Campos-Pons
(Matanzas, 1959) quien acepta el desafío que su alma y su pasado
le reclaman, es una de ellos. Campo‑Pons
focaliza su discurso hacia dos aristas que se funden: lo femenino
y lo etno-racial; representando metafóricamente múltiples
experiencias de la diáspora africana, en un proceso que apela
a la tradición oral y a la memoria , en el que le atribuye
trascendencia a la experiencia individual, al Yo narrador y a la relación
indisoluble con su genealogía materna. Sus protagonistas
son mujeres negras que pertenecen a un mundo excluido, al cual durante
años se le impidió traducir su imaginario, verbalizar
su existencia, graficar sus modos de verse. La desestructuración
sociocultural que se produjo en las sociedades africanas a consecuencia
del mercado trasatlántico dio lugar a la fragmentación
de los soportes orales, gestuales e icónicos de acceso y trasmisión
de la tradición. La memoria quedaría mutilada y registrada
en parcelas silenciadas despojadas de poder; su traspaso se produciría
entonces desde la exclusión. La artista, quien
reside actualmente en Boston, inició su itinerario artístico
en la década del 80, explorando desde la revisión de
ciertos significantes culturales, el lugar de la mujer
en la sociedad y su representación en las culturas europeas,
africanas e indo-americanas. Los
íconos religiosos sincréticos fueron manipulados como
fetiches de su identidad femenina y sexual. No
son pocas las piezas --anotaba el crítico cubano Osvaldo Sánchez,
refiriéndose a la artista, en un texto del catálogo
Cuba o.k.( Dusseldorf, 1990)-- en que aditamentos, formas o tokens, vinculados al sexo
o al placer, adquieren su dimensión emblemática y -‑estigmatizadora--
en terrenos propios de lo onírico o del fantasma de lo erótico.
[3]
La
representación icónica de la Caridad del Cobre (sincretizada
con Ochún) y la Virgen de Regla (equiparada con Yemayá):
“dos rostros de la maternidad afrocubana” como lo define
el erudito africanista cubano Rogelio Martínez Furé; la
alusión a Leda y el Cisne que apunta sobre algunas analogías
clásicas, específicamente fálicas, asociadas
con el cisne; o la representación del Dios del sacrificio Xipec
Topec, en la mitología azteca, armado de un palo con sonajas
que también simboliza lo fecundatorio, son temas tratados en
este sentido. En
el catálogo de la exposición Made
in Havana, organizada en 1988 por la Galería de Arte New
South Wales, en Sydney, se registra el siguiente comentario de Campos-
Pons: Manipulo el supuesto criterio de prohibición o prescripción
en la vida erótica de los individuos, concepto que aparentemente
ha sido superado por el hombre moderno pero que en mi experiencia
vital aparece como elemento histórico en contradicción
permanente. Para ello selecciono diferentes representaciones culturales
alrededor de esta problemática, dirigiendo mi investigación
y por tanto mis propósitos artísticos hacia los análisis
del lenguaje artístico y social desde la creencia de que la
vida no puede separarse del arte pues está en su género
y en su finalidad... Toda la iconografía manejada tanto en el sentido
de recuperación histórica de otras propuestas culturales(
arte precolombino o europeo) como la introducción de elementos
sígnicos resultantes de mi especulación metafórica,
magnifican o desvirtúan determinados aspectos sobre esta reflexión.
[4]
Pintura,
multimedia, instalación, performance y fotografía han
sido los géneros más explorados por
la artista para abordar temas como la travesía del esclavo
africano, la exclusión racial y de género y la identidad
cultural. Después
de su desplazamiento a Estados Unidos en 1990, su cuerpo de trabajo
se concentraría en la historia de la migración del esclavo
africano a nuestro continente y su pertenencia multicultural y transcultural.
La travesía
será el punto de partida de su óptica conceptual. El
viaje forzoso del africano, el trágico desplazamiento. El doloroso
cruce del océano se complementará con su propia experiencia
migratoria; dos viajes que la colocan como sujeto de una historia
que es también la Historia misma; una entidad que circula entre
distintos contextos y tiempos históricos y se concibe como
ícono trascendental de una identidad. La protagonista de un
ciclo que se cierra simbólicamente en el tercer vórtice
del triángulo desde donde proyecta su mirada hacia el punto
germinal de la diáspora.
La
artista no se detiene en los grandes relatos, sólo le servirán
como punto de partida para una reflexión más íntima.
Lo trascendental para ella está dado por la pertenencia, lo
emotivo, lo sentimental, lo íntimo, lo
más cercano: lo plenamente accesible. En
Historia de gente que no fueron héroes: creciendo en una barraca
de esclavos; cuadro de un pueblo (1994, instalación) ,
Campos-Pons se refiere a escenas que habitan en su geografía
interior: pasajes de su memoria , fragmentos de una existencia familiar
que van más allá de un registro material y visual de
un habitad; es la proyección de una atmósfera sensorial
transmutada por la sensibilidad estética. Sally Berger, curadora asistente del MOMA, autora
de un excelente texto sobre la artista que forma parte del volumen
Authentic/ ExCentric: Conceptualism in Contemporary African
Art, publicado en ocasión de la exposición
Authentic/Ex-Centric: Africa
In and Out of Africa, curada por los prestigiosos
críticos Salah Asan y Olu Oguibe, para la 49 edición
de la Bienal de Venecia, nos explica cómo, mediante la recreación
de remanentes arquitectónicos, Campos- Pons cita a La Vega,
un pueblo de Matanzas, antigua plantación azucarera y vieja
barraca de esclavos donde vivieron sus antepasados; experiencia que
tuvieron muchos habitantes de Cuba que convivieron en estas construcciones
incluso después de la abolición. Algunos elementos de la edificación jugarán
el papel protagónico en esta poética de la relación:
un ladrillo de la vieja fábrica de azúcar,
una puerta de cristal donde se muestra fotografías de
lugares importantes del pueblo, una pared en la que quedan aprehendidos
con toda intención de registro escrito, valores y significados
trasmitidos oralmente a través del tiempo por su familia. Estoy interesada en lo privado vs lo público, el
pequeño relato vs el gran relato en la vida cotidiana,
la experiencia particular, lo insignificante para otros…---
explica la artista y agrega...---.estoy utilizando las palabras de
mi familia para registrarlas , acción que sólo ha sido
destinada a los héroes.
[5]
Su
cuerpo --explícitamente marcado por el signo racial--- será
el tejido o entramado que dará paso al conocimiento, a la recuperación
del dato histórico. Es el receptáculo, es el eje conductor
para que fluya la memoria. Quién soy en relación con
los otros? La
auto-representación la logrará como articulación
simultánea de un sujeto individual ( el sujeto de la enunciación
y su historia personal alrededor del conflicto del “yo”)
y un sujeto histórico( cuerpo político y social) que
a través de la manipulación de signos y símbolos
emplazan el corpus
de jerarquías
de clase, raza y género. En siete poderes que vinieron por el mar( 1993) siete paneles de madera representan las entrañas
de un barco negrero; el hacinamiento de la mercancía humana
que tenía lugar en sus bodegas. Cada panel lleva inscrito un
nombre de las principales deidades del panteón yoruba, las
que también son representadas escultóricamente a la
manera de guardianes que protegieron la travesía. Como
parte de la instalación, ocupando todo el espacio del piso,
especie de tumba marina, aparecen 100 fotografías en b/n de
descendientes de africanos, como mudos testigos que evocan la dolorosa
experiencia que los ha marcado. La artista no acepta el silencio e
impone su voz desde la palabra escrita, en una cualidad bilingüe:
“prohibido olvidar- let us never forget”; una acción
simbólica de desagravio y de recuperación cognoscitiva . When I am not hear/ estoy allá( 1995-1996) es el título de una serie de fotografías
en polaroid que proyectan, en diferentes composiciones, la dualidad de estar
en dos lugares al mismo tiempo. Ese sentido bifurcado de la ubicación,
esa idea doble y perturbadora del aquí y el allá. La
añoranza, entre dos culturas y dos idiomas, el inglés
y el español: su identidad transcultural múltiple. El
cuerpo como casa y almacen de memorias, el territorio de la
imaginación y los sueños; el cruce de fronteras
y la simultaneidad. Un cuerpo atravesando y marcado por el mar. La instalación
Spoken softly with Mama( 1997) es la segunda parte de la serie
Historias
de gente que no fueron héroes... Para su elaboración
la artista intercambió cuentos, canciones y viejas fotografías,
moldes de ropas y otros materiales con su madre, hermanas y tías
que viven en la isla. La pieza , que
sin dudas pudiéramos ubicar en el territorio de la etno-biografía,
es un fabuloso canto a la maternidad desde la dignidad que ésta
merece; un retrato familiar
revelado a través de objetos domésticos usados para
sobrevivir por generaciones de mujeres de su familia. Trabajando en
casas de otras gentes, estas mujeres lavaban y planchaban ropas que
sólo desde los sueños y la utopía podían
poseer. En este deseo
irrealizable, en este pequeño espacio de frustración
femenina se detendrá la artista para subvertir aquella realidad
y devolver una realidad otra, enaltecida, construida desde su imaginario,
tal como la desearon aquellas mujeres en otros tiempos. Por eso los
materiales ordinarios de las tablas de planchar los sustituye por
madera preciosa y telas traslucientes que también subrayan
“...la
trascendencia de su labor y la innata fragilidad de las relaciones
humanas”
[6]
Elegantes réplicas
de tablas de planchar quedan situadas en posición vertical.
Las tres superficies más grandes sirven de soporte para la
proyección de imágenes a color con acciones de la propia
artista quien en silencio da pasos desplazándose en un espacio
físico limitado, logrando la conexión inter-temporal;
las otras tablas muestran fotografías de distintas generaciones
de mujeres de su familia. De un eco de
voces , cruzado por el aire de diversos tiempos, emana la angustia,
la tristeza, el dolor, el amor y la rebeldía, acumulados en
la sensibilidad de estas mujeres negras, quienes, en el mágico
exorcismo de un re-encuentro, se fundirán con otras, las más
veneradas, las orishas mayores, las que nos protegen mejor, en una dimensión
más onírica, tal como lo deseamos para comenzar a flotar en la inmensidad de las aguas, en
la confluencia del río y el mar, develando enigmas y misterios,
“como espíritus únicos, sin principio ni fin,
de cuyo océano nuestras vidas apenas son
gotas”.
[7]
María
Magdalena también ha quebrado el silencio. El tropo de la maternidad
le ha concedido la facultad
del habla, el poder del lenguaje,
en una metamorfosis que precisa el mordaz recuento de su existencia.
[1]
Marlen Nourbese Philip: She tries her tongue; her silence softly
breaks, Casa de las Américas, La Habana, 1988, p. 44,
46.
[2]
María Cristina Fumagalli:
“Todo se altera, nada se destruye: la versión de Marlene
Nourbese Philip sobre el rapto de Ovidio y Homero”en Anales
del Caribe 16-18, Centro de Estudios del Caribe, Casa de las
Américas, La Habana, 1988, p. 282.
[3]
Osvaldo Sánchez: Comentario
sobre la artista en Catálogo de la exposición Kuba
o.k, Arte Actual de Cuba, Dusselford, marzo-mayo 1990, p. 84.
[4]
María Magdalena Campos-Pons en Made in Havana,
Art Gallery of New South Wales, Sidney, 1988, p. 21.
[5]
Sally Berger: “María Magdalena Campos-Pons:
1990-2001” en
Authentic/ ExCentric: Conceptualism in Contemporary African
Art, Forum for African Arts, Ithaca, NY, 2001, p.125.
[6]
Sally Berger, Idem, p.135. [7] Oración a la Santísima Caridad del Cobre en Herencia Clásica (oraciones populares compiladas por el crítico de arte Carlos A. Cruz e ilustradas por la artista Zaida del Río), Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, La Habana, 1990, p. 27. |
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María Magdalena Campos Pons When I am not here/Estoy allá, fotografía, 1996 |
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